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ProBogotá advierte sobre el efecto del desabastecimiento de gas en el bolsillo de los bogotanos

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El riesgo de desabastecimiento de gas y el aumento de su precio por compra internacional presiona al alza el costo de la operación de TransMilenio. Bogotá será una de las ciudades más afectadas.

Bogotá, diciembre de 2025. ProBogotá Región advierte sobre los riesgos que atraviesa el país ante el desabastecimiento y encarecimiento acelerado del gas natural que ya está afectando el costo de vida de los bogotanos y que podría presionar directamente la operación de TransMilenio en el corto plazo. Con 2.143 buses que funcionan con gas —el 20% de la flota del SITP— cualquier incremento abrupto en este energético eleva de inmediato los costos operativos del sistema, pone presión sobre su sostenibilidad financiera y eleva la tarifa del pasaje.

Entre 2021 y 2025 el precio promedio del gas se triplicó debido a importaciones, caída de la oferta nacional y mayor dependencia del interior del país de fuentes lejanas. Esta disparada del precio incrementa los costos de vida, encarece servicios cotidianos, afecta empleos y reduce la competitividad del tejido productivo de la ciudad. Si no se toman medidas urgentes, los ciudadanos serán los primeros en sentir el impacto directo en su bolsillo.

Colombia enfrenta hoy su mayor tensión energética en dos décadas. Las reservas probadas de gas han caído 45% desde 2018, los principales campos presentan declinaciones aceleradas y desde diciembre de 2025 el país entra en un déficit estructural que irá creciendo: 117 MCPD (Millones de pies cúbicos por día) en 2026, 224 MPCD en 2027 y 260 MPCD en 2029. Bogotá y el interior del país ya dependen parcialmente del gas importado desde Cartagena, que resulta más costoso por la distancia y por un esquema tarifario que penaliza a las regiones alejadas de los puertos.

La presión también se siente en la industria, que consume el 27% del gas nacional. Muchas empresas están reemplazando gas por diésel u otros combustibles más contaminantes, con efectos negativos en costos, emisiones y competitividad. Todo esto configura un escenario de deterioro acelerado para la estructura productiva del interior del país.

A lo anterior se suma que TransMilenio venía informando, desde 2024, a la CREG y al Ministerio de Minas y Energía sobre el riesgo inminente de no contar con gas suficiente para operar. Precisó que los contratos de suministro para 2.143 buses —el 20% de la flota— vencieron en noviembre de 2025 sin posibilidad de renovación por la escasez nacional y que la alternativa es recurrir a gas importado con costos mayores lo que presionará al alza la tarifa para los usuarios. 

Para mitigar este efecto, TransMilenio solicitó al Ministerio de Minas que el transporte público masivo sea priorizado en la asignación de gas y se adopten mecanismos para garantizar el servicio.

ProBogotá hace un llamado al Gobierno Nacional para tomar decisiones inmediatas que estabilicen la oferta, protejan a las ciudades y ajusten el esquema tarifario para mitigar el alza del combustible y modernicen la infraestructura del gas. “El país requiere medidas inmediatas para estabilizar la oferta y evitar que el mayor costo del gas siga trasladándose a hogares, sistemas de transporte e industria”, señaló María Carolina Castillo, presidente de ProBogotá Región.

La situación energética del país no es temporal. Si no se actúa ya, los hogares, las industrias y los sistemas de transporte serán quienes carguen con los costos de la oferta que llegó a su límite y requiere decisiones de fondo para retomar su senda.

El riesgo de desabastecimiento de gas y el aumento de su precio por compra internacional presiona al alza el costo de la operación de TransMilenio. Bogotá será una de las ciudades más afectadas.

Bogotá, diciembre de 2025. ProBogotá Región advierte sobre los riesgos que atraviesa el país ante el desabastecimiento y encarecimiento acelerado del gas natural que ya está afectando el costo de vida de los bogotanos y que podría presionar directamente la operación de TransMilenio en el corto plazo. Con 2.143 buses que funcionan con gas —el 20% de la flota del SITP— cualquier incremento abrupto en este energético eleva de inmediato los costos operativos del sistema, pone presión sobre su sostenibilidad financiera y eleva la tarifa del pasaje.

Entre 2021 y 2025 el precio promedio del gas se triplicó debido a importaciones, caída de la oferta nacional y mayor dependencia del interior del país de fuentes lejanas. Esta disparada del precio incrementa los costos de vida, encarece servicios cotidianos, afecta empleos y reduce la competitividad del tejido productivo de la ciudad. Si no se toman medidas urgentes, los ciudadanos serán los primeros en sentir el impacto directo en su bolsillo.

Colombia enfrenta hoy su mayor tensión energética en dos décadas. Las reservas probadas de gas han caído 45% desde 2018, los principales campos presentan declinaciones aceleradas y desde diciembre de 2025 el país entra en un déficit estructural que irá creciendo: 117 MCPD (Millones de pies cúbicos por día) en 2026, 224 MPCD en 2027 y 260 MPCD en 2029. Bogotá y el interior del país ya dependen parcialmente del gas importado desde Cartagena, que resulta más costoso por la distancia y por un esquema tarifario que penaliza a las regiones alejadas de los puertos.

La presión también se siente en la industria, que consume el 27% del gas nacional. Muchas empresas están reemplazando gas por diésel u otros combustibles más contaminantes, con efectos negativos en costos, emisiones y competitividad. Todo esto configura un escenario de deterioro acelerado para la estructura productiva del interior del país.

A lo anterior se suma que TransMilenio venía informando, desde 2024, a la CREG y al Ministerio de Minas y Energía sobre el riesgo inminente de no contar con gas suficiente para operar. Precisó que los contratos de suministro para 2.143 buses —el 20% de la flota— vencieron en noviembre de 2025 sin posibilidad de renovación por la escasez nacional y que la alternativa es recurrir a gas importado con costos mayores lo que presionará al alza la tarifa para los usuarios. 

Para mitigar este efecto, TransMilenio solicitó al Ministerio de Minas que el transporte público masivo sea priorizado en la asignación de gas y se adopten mecanismos para garantizar el servicio.

ProBogotá hace un llamado al Gobierno Nacional para tomar decisiones inmediatas que estabilicen la oferta, protejan a las ciudades y ajusten el esquema tarifario para mitigar el alza del combustible y modernicen la infraestructura del gas. “El país requiere medidas inmediatas para estabilizar la oferta y evitar que el mayor costo del gas siga trasladándose a hogares, sistemas de transporte e industria”, señaló María Carolina Castillo, presidente de ProBogotá Región.

La situación energética del país no es temporal. Si no se actúa ya, los hogares, las industrias y los sistemas de transporte serán quienes carguen con los costos de la oferta que llegó a su límite y requiere decisiones de fondo para retomar su senda.

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