El accidente del reciente campeón del Giro de Italia y también ganador del Tour de Francia, Egan Bernal, en una de las vías de Cundinamarca, pone en la agenda pública dos temas recurrentes: los altos índices de accidentalidad en las vías y la coordinación de un marco regulatorio de la movilidad y el transporte de Bogotá-Cundinamarca. Según cifras de Sabana Centro Cómo Vamos, en la distribución de muertes violentas del 2020, el 50.8% de las presentadas en la región fueron por accidentes de tránsito.

En el 2021, la Secretaría de Transporte y Movilidad de Cundinamarca lanzó la campaña de sensibilización ‘¡Sí nos conviene!’, que buscaba concientizar a ciclistas, motociclistas, conductores de vehículos, peatones y pasajeros sobre su responsabilidad en las vías y enfatizar en recomendaciones relacionadas con respetar los límites de velocidad, conservar la distancia y respetar a los ciclistas en la vía.

Según la misma Secretaría, Cundinamarca es el departamento donde más se registran vehículos de carga en Colombia, cifra que tiene sentido cuando entendemos que la región cundiboyacense es la encargada de colocar el 20% del despacho de alimentos a nivel nacional. Según el DANE, Bogotá-Cundinamarca es la región económica más fuerte del país con un Producto Interno Bruto (PIB) de USD 104.511 millones.

Tales condiciones de siniestralidad vial y competitividad económica trajeron consigo retos importantes para las administraciones de Bogotá-región. La reciente aprobación de la ley orgánica que reglamenta la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca es una oportunidad de crear una agencia regional de movilidad que permita un equilibrio en el desarrollo económico de la región y planifique la movilidad y el transporte de los ciudadanos de la sabana de manera articulada.

La consolidación de una red de infraestructura vial, el desarrollo de proyectos de transporte masivo que conecten a la región con Bogotá, la fijación de horarios para vehículos de carga y una regulación del transporte público intermunicipal son algunas de las medidas que fortalecerían la conciencia sobre la prevención en conductores de vehículos, peatones y pasajeros en las vías de Cundinamarca.

La muerte del niño ciclista Julián Gómez hace 6 meses, el accidente de Egan y muchos más transeúntes lesionados, nos obligan a coordinar y articular con las respectivas autoridades la organización del tránsito en la infraestructura de transporte en la Región Metropolitana. Una agencia regional de movilidad respaldada supramunicipalmente es una oportunidad para ello.