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La reforma no aumenta el empleo, sí la desigualdad

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semana

El resultado no solo será el desempleo, sino la creciente informalidad.

El gobierno Petro en su afán de ‘cambio’ sigue llevando al país hacia el abismo. Ahora con la reforma laboral, que con criterios anacrónicos busca devolvernos al siglo XX y desconoce las modificaciones en la producción y la tecnología. Con la promesa de devolver la dignidad a los trabajadores la reforma encarece costos, lo que impide la creación de nuevos puestos de trabajo y pone en riesgo los existentes.

El resultado no solo será el desempleo, sino la creciente informalidad. Cualquier cambio tiene que atacar las causas estructurales que dificultan la vinculación laboral. La OCDE lo ha explicado: se debe aumentar la productividad y buscar que la oferta de empleo esté en sincronía con la demanda. La reforma no resuelve estas premisas. Los gremios expresaron desacuerdo por el efecto en los puestos de trabajo en las pymes y mipymes, al igual que la informalidad al hacer rígida la contratación, encareciendo la mano de obra.

Busca devolver las horas extras a partir de las 6:00 p. m., el recargo dominical pasaría del 75 % al 100 %, el reajuste salarial para quienes ganen hasta 2 salarios mínimos será por el IPC causado en el año anterior, los contratos a término fijo no serán por menos de 2 años. En general, la contratación se hará por término indefinido, dificultará el despido sin justa causa, reducirá la jornada de 48 horas a 42, entre otras. En el ideal todo suena muy bonito.

La realidad del panorama macroeconómico no es promisoria: la tasa de cambio es fluctuante, la inflación llegó al 13,34 % a pesar de los anuncios del ministro Ocampo, quien afirmó que ya tocó techo. Los hogares padecen el aumento del costo de vida ¿Así, qué empresa quiere invertir y contratar más trabajadores? Están acabando con las empresas.

El gobierno desconoce que el mercado laboral en Colombia está dominado por la informalidad, 58 % según el Dane. Más de la mitad de la población ocupada del país no recibe un salario mínimo, depende del régimen subsidiado de salud, no cotizan pensión y mucho menos tienen ARL o caja de compensación. Dignificar el trabajo es formalizarlo, apoyado por el tejido empresarial. Son los colombianos más vulnerables, los que trabajan de manera no formal y en ciudades del Caribe como Riohacha, Santa Marta y Valledupar superan el 63 % y en el caso de Bogotá el 35 %. Las mujeres representan el 54,9 % de los trabajadores informales del país.

Con la reforma en Bogotá, la estrategia “Bogotá Despierta”, no podría realizarse. De acuerdo con Fenalco, las dinámicas del comercio se afectarían después de las 6:00 p. m. entre semana, así como los fines de semana por el aumento del 30 % de los costos asociados en la reforma. Se requiere de un programa 24 horas para mejorar la tasa de ocupación y la competitividad de la ciudad.

Según la encuesta más reciente de Probogotá Región, hay aspectos frente a la flexibilidad laboral que deben ser tenidos en cuenta: la forma de la contratación, también lo correspondiente a la alternancia, el trabajo remoto, el tiempo que se encuentra un trabajador en una empresa y la inversión en tecnología que aumentó un 13% de 2021 a 2022, aspectos que favorecen una mejor movilidad y la calidad de vida de los empleados, así como pone de presente la inmersión de la tecnología como factor de sustitución del trabajo.

El supuesto centro sale una vez más con el discurso de odio contra el sector privado, acusándolo de ser el responsable de la situación laboral, olvida que son primordiales en las oportunidades de empleo, en el que las mipymes generan el 78 % de los puestos laborales. Se quedaron con la idea que en Colombia predominan las grandes empresas, cuando en realidad entre el 90 % y 99 % son microempresas, en Bogotá el 97,3%.

Mejorar la calidad del empleo pasa por apoyar a las empresas, garantizando entornos atractivos para la inversión, que aumenten la productividad, que expandan su nicho de mercado, aprovechen ventajas competitivas por tasa de cambio y así, generen empleo. ¿Dónde está la Administración Petro con este apoyo?

Presidente Petro y Ministra Ramírez, escuchen los sectores productores, todas las voces que por supuesto quieren generar empleo, sin desmejorar las condiciones. Hay propuestas en la mesa y el diálogo debe ser el camino sobre los intereses políticos e ideológicos. Es momento de trabajar unidos: sector público, privado, gremios, representantes de trabajadores tanto formales como informales, los desempleados y la academia para afrontar la crisis económica, generar empleo y reducir la tasa de pobreza.

 

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El gobierno Petro en su afán de ‘cambio’ sigue llevando al país hacia el abismo. Ahora con la reforma laboral, que con criterios anacrónicos busca devolvernos al siglo XX y desconoce las modificaciones en la producción y la tecnología. Con la promesa de devolver la dignidad a los trabajadores la reforma encarece costos, lo que impide la creación de nuevos puestos de trabajo y pone en riesgo los existentes.

El resultado no solo será el desempleo, sino la creciente informalidad. Cualquier cambio tiene que atacar las causas estructurales que dificultan la vinculación laboral. La OCDE lo ha explicado: se debe aumentar la productividad y buscar que la oferta de empleo esté en sincronía con la demanda. La reforma no resuelve estas premisas. Los gremios expresaron desacuerdo por el efecto en los puestos de trabajo en las pymes y mipymes, al igual que la informalidad al hacer rígida la contratación, encareciendo la mano de obra.

Busca devolver las horas extras a partir de las 6:00 p. m., el recargo dominical pasaría del 75 % al 100 %, el reajuste salarial para quienes ganen hasta 2 salarios mínimos será por el IPC causado en el año anterior, los contratos a término fijo no serán por menos de 2 años. En general, la contratación se hará por término indefinido, dificultará el despido sin justa causa, reducirá la jornada de 48 horas a 42, entre otras. En el ideal todo suena muy bonito.

La realidad del panorama macroeconómico no es promisoria: la tasa de cambio es fluctuante, la inflación llegó al 13,34 % a pesar de los anuncios del ministro Ocampo, quien afirmó que ya tocó techo. Los hogares padecen el aumento del costo de vida ¿Así, qué empresa quiere invertir y contratar más trabajadores? Están acabando con las empresas.

El gobierno desconoce que el mercado laboral en Colombia está dominado por la informalidad, 58 % según el Dane. Más de la mitad de la población ocupada del país no recibe un salario mínimo, depende del régimen subsidiado de salud, no cotizan pensión y mucho menos tienen ARL o caja de compensación. Dignificar el trabajo es formalizarlo, apoyado por el tejido empresarial. Son los colombianos más vulnerables, los que trabajan de manera no formal y en ciudades del Caribe como Riohacha, Santa Marta y Valledupar superan el 63 % y en el caso de Bogotá el 35 %. Las mujeres representan el 54,9 % de los trabajadores informales del país.

Con la reforma en Bogotá, la estrategia “Bogotá Despierta”, no podría realizarse. De acuerdo con Fenalco, las dinámicas del comercio se afectarían después de las 6:00 p. m. entre semana, así como los fines de semana por el aumento del 30 % de los costos asociados en la reforma. Se requiere de un programa 24 horas para mejorar la tasa de ocupación y la competitividad de la ciudad.

Según la encuesta más reciente de Probogotá Región, hay aspectos frente a la flexibilidad laboral que deben ser tenidos en cuenta: la forma de la contratación, también lo correspondiente a la alternancia, el trabajo remoto, el tiempo que se encuentra un trabajador en una empresa y la inversión en tecnología que aumentó un 13% de 2021 a 2022, aspectos que favorecen una mejor movilidad y la calidad de vida de los empleados, así como pone de presente la inmersión de la tecnología como factor de sustitución del trabajo.

El supuesto centro sale una vez más con el discurso de odio contra el sector privado, acusándolo de ser el responsable de la situación laboral, olvida que son primordiales en las oportunidades de empleo, en el que las mipymes generan el 78 % de los puestos laborales. Se quedaron con la idea que en Colombia predominan las grandes empresas, cuando en realidad entre el 90 % y 99 % son microempresas, en Bogotá el 97,3%.

Mejorar la calidad del empleo pasa por apoyar a las empresas, garantizando entornos atractivos para la inversión, que aumenten la productividad, que expandan su nicho de mercado, aprovechen ventajas competitivas por tasa de cambio y así, generen empleo. ¿Dónde está la Administración Petro con este apoyo?

Presidente Petro y Ministra Ramírez, escuchen los sectores productores, todas las voces que por supuesto quieren generar empleo, sin desmejorar las condiciones. Hay propuestas en la mesa y el diálogo debe ser el camino sobre los intereses políticos e ideológicos. Es momento de trabajar unidos: sector público, privado, gremios, representantes de trabajadores tanto formales como informales, los desempleados y la academia para afrontar la crisis económica, generar empleo y reducir la tasa de pobreza.

 

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