Estaremos analizando en un Facebook Live con Juan Carlos Pinzón, presidente de ProBogotá; María Alejandra Palacio, directora de futuro del empleo y desarrollo económico de ProBogotá; y Juan Ricardo Ortega, consultor del Banco Interamericano de Desarrollo, los anuncios del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre una recesión económica de gran magnitud para el año 2020. Según proyecciones de estas instituciones multilaterales, América Latina verá contraída su economía entre un 4,6% (BM) y un 5.2% (FMI). Para el caso de Colombia se prevé que el decrecimiento sea de 3% del PIB por el aislamiento de la población que ha generado parálisis económica, lo que reducirá el crecimiento de forma drástica según el último reporte “Perspectivas de la economía mundial” del FMI.
El FMI también lanzó pronósticos de decrecimiento de economías como la de los Estados Unidos (-5,9%), Reino Unido (-6,5%) , Italia (-9,1%), España (-8,0%), Alemania (-7%), Japón (-5,2%), entre otras. En el caso América Latina la contracción del PIB será fuerte en países coo México (-6,6%), Brasil (-5,3) y Argentina (-5,7) lo que profundizará la recesión que venía arrastrando en los últimos años.
El Banco Mundial señaló que si bien la región tiene experiencia con crisis financieras anteriores, la pandemia de COVID-19 representa una nueva dimensión, pues las medidas necesarias para contener el virus generan un choque del lado de la oferta. Se prevé que la demanda de China y los países del G7 decaiga con fuerza, impactando a los países exportadores de materias primas en América del Sur y a los países exportadores de servicios y bienes industriales en América Central y el Caribe.
El Banco Mundial advirtió que ante este panorama, “los gobiernos deberán asumir la mayor parte de las pérdidas”. “La socialización de estas pérdidas podría demandar una participación accionaria en las instituciones financieras y en los empleadores estratégicos, a través de su recapitalización”. “Muchos hogares viven al día y carecen de recursos para enfrentar los aislamientos y cuarentenas necesarios para contener la propagación de la epidemia”, explicó el Banco Mundial. El hecho de que la crisis sea global implicará además un impacto en las remesas que son fundamentales en muchas economías pobres.
