Escuchamos a Bogotá llegó a Ciudad Bolívar, una localidad de 649.834 habitantes de los cuales más del 90% vive en los estratos 0,1 y 2.
A la comunidad de esta zona de Bogotá, le preocupa la falta de apoyo a las iniciativas culturales, la ausencia de oportunidades para los jóvenes y la inseguridad que se percibe en las calles.
El recorrido de ProBogotá Región por las localidades de Bogotá llegó hasta una de las zonas más importantes de Bogotá: Ciudad Bolívar. En este encuentro, líderes comunales, directivos de ProBogotá Región y representantes de Fenalco, la Policía y el Banco Agrario sostuvieron una conversación cuyo principal objetivo fue escuchar las necesidades más profundas de los habitantes de esta zona de la ciudad en términos de seguridad y reactivación económica. Dos aristas sensibles para una población que pide más atención, oportunidades y recursos que sean bien administrados en beneficio de la localidad y sus pobladores.
“Ciudad Bolívar es de las localidades con mayor índice de desempleo de Bogotá, un fenómeno que tiene que ver con que gran parte de su población es menor a 25 años. Además, encontramos un aumento en los delitos, en lo que va del año han ocurrido 119 homicidios. Queríamos estar aquí para escucharlos y trabajar de la mano de ustedes”, expresó la presidente de ProBogotá, María Carolina Castillo. En efecto, Ciudad Bolívar es la localidad con mayor cantidad de hogares en estrato 1 de la ciudad y donde se concentra la mayor proporción de hogares con sus necesidades básicas insatisfechas.
Se trata de una localidad que tiene unas necesidades puntuales. Respecto a la reactivación económica, voceros comunitarios manifestaron que la mayoría de comerciantes de Ciudad Bolívar tienen pequeños y medianos negocios que escasamente venden para pagar el arriendo, pero que no pueden cumplir con los requisitos que les exigen las entidades bancarias para obtener auxilios económicos. Además, explicaron que en las zonas rurales de la localidad hay varios proyectos productivos enfocados en convertir residuos orgánicos en abono para cultivo, pero que no cuentan con el apoyo suficiente para sacar adelante esta iniciativa.
Otro líder comunitario, en representación de los jóvenes, advirtió que es necesario ir a los territorios y conocer qué es lo que ellos quieren hacer. “La gran mayoría de jóvenes de la localidad son artistas y el mercado laboral que ofrecen no está alineado con sus aspiraciones. A eso sumémosle que en los trabajos que les sirven de sombrilla les pagan el mínimo y con eso no se puede comprar un apartamento de $260 millones. No logran ningún patrimonio y eso es frustrante”, expresó. Otra participante del evento coincidió con que las personas que se dedican a actividades culturales no han tenido reactivación y, sin más alternativas, deben dedicarse a trabajar de manera informal.
Pero la población joven no es la única que se siente desamparada. Un profesor de fútbol de la localidad aseguró que tiene bajo su formación a alrededor de 100 jóvenes de bajos recursos de entre 15 y 17 años sin que, a la fecha, encuentre el apoyo que necesita. “Una vez me dio por hacer un zonal, hice un préstamo, llegó la pandemia y no pude pagar más. Me endeudé y estoy reportado. Si nosotros queremos que la localidad cambie tenemos que comenzar con los niños, ponerles cuidado y exigirles que estudien porque niño que gane dinero, se pierde”, afirmó.
Seguridad:
Frente al tema de seguridad, los habitantes de Ciudad Bolívar aseguran que uno de los problemas es la falta de confianza que sienten los jóvenes hacia la Policía. A esto, se suman los atracos que, según los ciudadanos, se presentan a diario en la localidad afectando la percepción de seguridad en los barrios, especialmente en horas de la madrugada. Asimismo, los voceros de la propiedad horizontal pidieron que la Policía extienda las campañas de prevención hasta sus conjuntos de manera que haya una socialización más amplia y que se divulguen de manera efectiva los servicios de las autoridades.
Para los habitantes de Ciudad Bolívar es importante fortalecer estos lazos de confianza con los jóvenes, que dejen de verlos como “piedras en el zapato” y, a través de consejos de juventudes, los hagan participantes activos de la seguridad. Además, consideran que, aunque se necesitan reformas en la Policía, el verdadero cambio empieza por quienes habitan la localidad. “Hay que educar a nuestros hijos, rescatar los valores, los principios y el respeto por los demás desde las casas y los colegios”, indicaron.
Por su parte, la coronel Alba Patricia Lancheros, jefe de prevención y educación de la Policía, se comprometió con los líderes comunales a reforzar las campañas de prevención que se vienen adelantando en la localidad y le pidió a la comunidad que invite a la Policía a las actividades de esparcimiento que organicen. Asegura que estos espacios resultan valiosos porque propician una discusión amigable sobre la forma en la que se está gestionando la seguridad en los diferentes barrios de la localidad.