En Escuchamos a Bogotá, los habitantes de la localidad aseguran que el plan de reactivación económica no está funcionando en la localidad, pues les es imposible cumplir con los requisitos para acceder a los auxilios.
Escuchamos a Bogotá llegó hasta la localidad de Bosa para escuchar a sus habitantes y conocer la realidad sobre lo que está ocurriendo en esta zona de Bogotá en términos de seguridad y reactivación económica, tras el paso de una pandemia que agudizó los problemas sociales del país. En esta ocasión, los ciudadanos manifestaron estar insatisfechos con la estrategia de reactivación económica que se viene implementando en la ciudad toda vez que, aseguran, no tienen la posibilidad de acceder a los diferentes beneficios económicos que se ofertan. Además, creen que la localidad es insegura y que los esfuerzos institucionales no son suficientes para contraatacar la delincuencia.
María Carolina Castillo, presidente de ProBogotá Región
Bosa es una localidad ubicada en el noroccidente de Bogotá en la que habitan alrededor de 723.029 habitantes. La gran mayoría de los bogotanos que residen en esta zona de la ciudad pertenecen al estrato 2 (89.06%), al estrato 1 (7.16%) y al 3 (3.74%). En ese sentido, las cifras oficiales más recientes que se conocen indican que más de la mitad de los residentes de la localidad apenas alcanzan a cubrir los gastos mínimos (61.8%) y el 24.4% ni siquiera puede suplir sus necesidades básicas. Otro aspecto relevante de Bosa es que el 99.9% de su tejido empresarial está compuesto por microempresas que se dedican al comercio (46%) y a la prestación de servicios (40%).
Lo anterior resulta clave a la hora de dimensionar el gran impacto que los cierres y las cuarentenas estrictas les provocaron a los pequeños empresarios de la localidad que, a la fecha, no terminan de recuperarse. Así lo manifestaron durante el encuentro con ProBogotá Región en el cual expresaron que consideran que la reactivación económica no es una estrategia que apunte precisamente a las pequeñas empresas que operan en la localidad. “Bosa se ha sostenido, no por ayudas del Gobierno, sino por la berraquera de los empresarios”, afirmó uno de los asistentes al evento.
Un edil de la localidad narró que la pandemia significó un “golpe muy duro” que acabó con varios negocios. “Hay procesos de reactivación económica que para beneficiarse piden requisitos que los negocios no pueden cumplir, por ejemplo, que estuvieran a paz y salvo con los impuestos, salud y pensión ¿Qué negocio que no trabajó durante ocho meses podía cumplir eso?”, dijo. Por su parte, un microempresario que asistió al evento afirmó que no le pudo pagar al banco durante dos meses y que, pese a que el Gobierno anunció alivios para los pequeños empresarios, él no recibió ningún beneficio.
En ese sentido, un líder comunitario advirtió que la Cámara de Comercio de Bogotá debería llegar hasta los barrios y conocer las diferentes realidades de las localidades para que diseñe estrategias que realmente le sirvan a las pequeñas empresas que han logrado sobrevivir en medio de la crisis. Considera que las entidades distritales deben eliminar el exceso de trámites para posibilitar el acceso a las ayudas y propuso que las alcaldías locales contraten a las pequeñas empresas de la localidad para que ejecuten los proyectos de sus localidades y el empleo se quede “en casa”.
El líder juvenil y grafitero David Mejía, por su parte, advirtió que en Bosa cientos de jóvenes no pueden culminar sus estudios medios y que, por ende, es prioritario generar educación, apoyar al microempresario e impulsar a los jóvenes que necesitan oportunidades de formación y oportunidades laborales formales.
Seguridad
La seguridad es otro asunto que preocupa a los habitantes de Bosa donde, no solamente existe una brecha y entre la comunidad y las autoridades, sino que hay un déficit en el pie de fuerza de la Policía y la institución no cuenta con instalaciones físicas que faciliten su labor. Y es que tal como lo explicó el director de Seguridad Urbana de ProBogotá Región, César Restrepo, en una localidad como Bosa hay solamente una comisaría de familia, lo cual es preocupante, y no cuenta con una URI. “Esto debilita la acción policial porque, al hacer una captura, el policía debe trasladarse hasta una URI de otra localidad y mientras esto ocurre Bosa pierde a uno o dos uniformados”, señaló.
Sobre este asunto, un residente de Bosa explicó que la comunidad reconoce la necesidad de una URI en la localidad, pero que este tipo de proyectos deben ser socializados y acordados con la comunidad previamente. “En mi comunidad se está construyendo un Centro Integral de Justicia. Nosotros no estamos en contra porque la localidad sí requiere este tipo de equipamientos, pero el proyecto está a menos de 10 metros de las torres del conjunto, pegado a dos colegios, frente a un jardín infantil, y al lado del Centro Día y del único parque que tenemos dentro del sector. Entonces, no es estar en contra, es dónde se construyen estos espacios”, dijo uno de los residentes de la ciudadela Parques de Bogotá.
Otro aspecto que resaltó la comunidad, fue la necesidad de diálogo entre ciudadanos y autoridades para hacerle frente a la delincuencia, pues reconocen que “la seguridad no es trabajo únicamente de la Policía, sino que la seguridad la construimos todos”. El subcomandante de la Estación de Policía de Bosa, capitán Garzón, aseguró que están dispuestos a trabajar las 24 horas para contrarrestar la inseguridad, pero, advirtió que no es una labor sencilla si se tiene en cuenta que, a diario, salen 102 policías para cuidar una localidad de aproximadamente 800.000 habitantes.
Por ello, hizo un llamado para que los ciudadanos soliciten el servicio de Policía en los casos que corresponde y no para solucionar situaciones que no le competen a la institución, como temas de trancones o huecos en la vía. El uniformado concluyó afirmando que “la Policía está con la comunidad, la Policía es de ustedes y tenemos varias actividades en las que nos gustaría que nos acompañaran para fortalecer esos lazos de confianza y hacer seguridad en conjunto”.