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Proyecto avenida Longitudinal de Occidente. ¿Un caso de ineficiencia institucional?

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Hoy existe un fragmento de la obra construida, pero que no sirve para nada. Al visitar la zona encontramos que, donde debería pasar una súper autopista, hay una via ya deteriorada de dos carriles con sus bermas, que inicia en el sector conocido como Chusaca (variante Soacha – La Mesa), recorre aproximadamente 15,88 kilómetros y muere en un potrero en Bosa sin conectar con nada y donde : por lo cual se ha convertido en una ciclovía y hasta en escenario ideal para piques clandestinos. Tanto así que tuvieron que cerrar el acceso con bloques de concreto y asignar seguridad privada.

Ante esta realidad nos preguntamos:

¿Por qué en todos los años de vida del proyecto sólo se han construido 15,88 km de un total de 50 km ?

¿Por qué de esos 15,88 km, hay 11,38 km que no conectan con nada, en un claro detrimento patrimonial ha pasado nada?

¿Cuál es la historia de esto y por qué?

¿Cuándo tendremos finalmente una ALO operando en toda su dimensión?

Al indagar, para tratar de responder estos interrogantes se escuchan varias respuestas: que los acuerdos iniciales no se cumplieron, que algunas entidades hicieron parte de su tarea y otras no, que hizo falta dinero, que no hubo voluntad para avanzar en la construcción de la obra, entre otras. Al final, todo se reduce a la misma historia que se repite una y otra vez en nuestro país: las responsabilidades se diluyen, los presupuestos no alcanzan, los tiempos nunca se cumplen y las obras ejecutadas difícilmente corresponden a lo planeado.

Nos dimos entonces a la tarea de reconstruir la historia de esta obra, para tratar de comprender cómo es que la ALO se convirtió en el más triste ejemplo de lo anterior, pero sobre todo, para identificar aprendizajes que contribuyan a que en un futuro ojalá no muy lejano, logremos extinguir estos elefantes blancos que aún abundan en nuestro país.

Hoy existe un fragmento de la obra construida, pero que no sirve para nada. Al visitar la zona encontramos que, donde debería pasar una súper autopista, hay una via ya deteriorada de dos carriles con sus bermas, que inicia en el sector conocido como Chusaca (variante Soacha – La Mesa), recorre aproximadamente 15,88 kilómetros y muere en un potrero en Bosa sin conectar con nada y donde : por lo cual se ha convertido en una ciclovía y hasta en escenario ideal para piques clandestinos. Tanto así que tuvieron que cerrar el acceso con bloques de concreto y asignar seguridad privada.

Ante esta realidad nos preguntamos:

¿Por qué en todos los años de vida del proyecto sólo se han construido 15,88 km de un total de 50 km ?

¿Por qué de esos 15,88 km, hay 11,38 km que no conectan con nada, en un claro detrimento patrimonial ha pasado nada?

¿Cuál es la historia de esto y por qué?

¿Cuándo tendremos finalmente una ALO operando en toda su dimensión?

Al indagar, para tratar de responder estos interrogantes se escuchan varias respuestas: que los acuerdos iniciales no se cumplieron, que algunas entidades hicieron parte de su tarea y otras no, que hizo falta dinero, que no hubo voluntad para avanzar en la construcción de la obra, entre otras. Al final, todo se reduce a la misma historia que se repite una y otra vez en nuestro país: las responsabilidades se diluyen, los presupuestos no alcanzan, los tiempos nunca se cumplen y las obras ejecutadas difícilmente corresponden a lo planeado.

Nos dimos entonces a la tarea de reconstruir la historia de esta obra, para tratar de comprender cómo es que la ALO se convirtió en el más triste ejemplo de lo anterior, pero sobre todo, para identificar aprendizajes que contribuyan a que en un futuro ojalá no muy lejano, logremos extinguir estos elefantes blancos que aún abundan en nuestro país.

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