El Summit MovE-Pay 2025 fue la explosión de ideas necesaria para abordar la integración del sistema de pagos en el transporte público de Bogotá, justo antes de que el metro entre en operación. Este evento, liderado por ProBogotá Región, reunió a más de 30 expositores nacionales e internacionales durante dos días. La premisa central, según Mauricio Ossa, presidente de Odinsa, es clara: estamos en un momento histórico en infraestructura, y el reto apremiante es diseñar un sistema interoperable que conecte el Metro, TransMilenio, bicicletas y demás opciones en una red inteligente. Se trata de aprender de modelos globales, pero adaptarlos para lograr una Bogotá más ágil y productiva.
Expertos de movilidad urbana de lugares como Países Bajos, Seúl, Nueva York, Chile, Costa Rica y Perú, compartieron sus casos de éxito y desafíos, todos enfocados en la digitalización y la experiencia del usuario. El consenso fue unánime: el futuro del recaudo debe ser un sistema interoperable de circuito abierto (open loop), que acepte todos los medios de pago, incluyendo tarjetas bancarias y billeteras digitales, para que pagar el viaje sea tan fácil como comprar un café. El objetivo final es eliminar la fricción, reducir el uso de efectivo y usar la tecnología como un activo estratégico para la inclusión, especialmente de usuarios vulnerables.
Como resultado de este encuentro de alto nivel, se delinearon cinco recomendaciones cruciales para Bogotá, construidas con el apoyo de especialistas del Banco Mundial y el BID. Estas recomendaciones se centran en: priorizar la experiencia del usuario (con una transición gradual y fácil), asegurar la integración e interoperabilidad (con marca única y política tarifaria equitativa), construir una gobernanza sólida (con liderazgo institucional y participación temprana de actores), implementar un modelo comercial eficiente (con reglas claras y transparencia) y utilizar una tecnología con propósito (gradual y centrada en resultados). En resumen, el camino hacia la movilidad inteligente de Bogotá exige colaboración, tecnología de punta y, sobre todo, poner al ciudadano en el centro de cada decisión.

