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“La equidad de los municipios está claramente estipulada en la Región Metropolitana”

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El coordinador de Proyectos de Probogotá Región, Martín Anzellini, participó de una conversación promovida por La Silla Vacía sobre lo que viene para Bogotá, luego de que el presidente Iván Duque sancionara la ley que le dio vida a la Región Metropolitana como instrumento de unión y planificación entre la capital y la región.

Foto: Luis Felipe Calero / Probogotá Región.

¿Qué viene para Bogotá con la Región Metropolitana? Esa fue la pregunta que motivó la conversación entre el coordinador de Proyectos de Probogotá Reigón, Martín Anzellini, y la representante a la Cámara por Bogotá, Juanita Geobertus, quienes estuvieron invitados a un foro organizado por La Silla Vacía y que tuvo como tema central el futuro de este instrumento de planificación que busca entablar una relación de coordinación y concertación entre Bogotá y los municipios vecinos, para tomar decisiones que impactan a toda la región.

En este espacio, Anzellini afirmó que Bogotá es Distrito Capital lo que la hace independiente al área sobre la cual gobierna el departamento que la circunda, a diferencia de otras ciudades que ya han logrado constituir sus áreas metropolitanas. Aseguró que uno de los aspectos más valiosos del proyecto de Región Metropolitana es que, “de alguna manera, rompe la frontera política entre Bogotá y la Gobernación de Cundinamarca y se genera un organismo con incidencia en la planificación, planeación, proyección y desarrollo político para la región completa”.

Sobre este aspecto, Juanita Goebertus explicó que la consolidación de una Región Metropolitana no se había logrado antes por una historia de desconfianza entre Bogotá, los municipios de Cundinamarca y la Gobernación porque las figuras que existen, específicamente de área metropolitana, tienen un municipio núcleo -que en este caso sería Bogotá- con un poder sobre los otros. “La disparidad de poder y el hecho de que Bogotá sea semejante titán económico y de población ponía en desventaja a los municipios de Cundinamarca que, con razón, se unieron a la Gobernación para oponerse. Ese bloqueo de poderes hizo que, incluso, administraciones cercanas como la de Enrique Peñalosa y Jorge Rey no pudieran ponerse de acuerdo”, indicó.

Según la representante, esta tensión cambió en el primer año de desarrollo de la reforma entre 2018 y 2019, y luego de la elección de Nicolás García (como gobernador) y Claudia López (como alcaldesa) quienes acordaron acabar con la lógica de quién gana y quién pierde, para sumar puntos en beneficio de la región. En esa misma línea, Martín Anzellini agregó que “si uno lee la Ley se da cuenta que la equidad en la voz de los municipios está claramente estipulada” y que en vez de considerar una lucha de poderes se debe pensar en una armonía entre el poder poblacional, económico y logístico de Bogotá y el poder productivo en agro, industria, tamaño, estructura ecológica y producción de servicios que generan los municipios del departamento.

Para el coordinador de Proyectos de Probogotá, la gran herramienta que trae la Región Metropolitana es la gobernanza de generar planes y proyectos a escala regional. Aseguró que este instrumento va a regular dinámicas que cambiarán la vida de las personas a largo plazo en dos sentidos; el primero, en una definición de la Estructura Ecológica Principal, entendiendo que el Río Bogotá es la columna vertebral de la región. Y lo segundo, es la suburbanización de Bogotá en el suelo de la Sabana.

“La Administración Distrital tomó la decisión de expulsar viviendas hacia la Sabana y esta situación va a generar una presión muy importante sobre los municipios. Bogotá va a generar algo de vivienda con ese modelo denso y compacto de renovación urbana, pero los municipios van a tener que generar al menos 600.000 viviendas y hay que dar esa discusión. Debemos producir ese suelo de expansión; conectarnos a través de vías férreas y una buena red de transporte logístico y urbano que no se corte en la salida de Bogotá; y planificar ciudades densas y grandes”, afirmó.

Anzellini señaló que es importante empezar a pensar en proyectos a escala regional y, en esa línea, explicó que, desde Probogotá, se vienen estudiando diferentes proyectos intermunicipales como una red de ciclorrutas que articule Chía, Cajicá y Zipaquirá; una red de parques que preste funciones de espacio público; la limpieza del Río Bogotá; la construcción de la PTAR Canoas; la recuperación del Embalse de Muña, entre otros. “Son estudios que Probogotá ha ido desarrollando para generar ese banco de proyectos que la Región Metropolitana, con la capacidad operativa y recursos, podrá sacar adelante”, concluyó.

El coordinador de Proyectos de Probogotá Región, Martín Anzellini, participó de una conversación promovida por La Silla Vacía sobre lo que viene para Bogotá, luego de que el presidente Iván Duque sancionara la ley que le dio vida a la Región Metropolitana como instrumento de unión y planificación entre la capital y la región.

Foto: Luis Felipe Calero / Probogotá Región.

¿Qué viene para Bogotá con la Región Metropolitana? Esa fue la pregunta que motivó la conversación entre el coordinador de Proyectos de Probogotá Reigón, Martín Anzellini, y la representante a la Cámara por Bogotá, Juanita Geobertus, quienes estuvieron invitados a un foro organizado por La Silla Vacía y que tuvo como tema central el futuro de este instrumento de planificación que busca entablar una relación de coordinación y concertación entre Bogotá y los municipios vecinos, para tomar decisiones que impactan a toda la región.

En este espacio, Anzellini afirmó que Bogotá es Distrito Capital lo que la hace independiente al área sobre la cual gobierna el departamento que la circunda, a diferencia de otras ciudades que ya han logrado constituir sus áreas metropolitanas. Aseguró que uno de los aspectos más valiosos del proyecto de Región Metropolitana es que, “de alguna manera, rompe la frontera política entre Bogotá y la Gobernación de Cundinamarca y se genera un organismo con incidencia en la planificación, planeación, proyección y desarrollo político para la región completa”.

Sobre este aspecto, Juanita Goebertus explicó que la consolidación de una Región Metropolitana no se había logrado antes por una historia de desconfianza entre Bogotá, los municipios de Cundinamarca y la Gobernación porque las figuras que existen, específicamente de área metropolitana, tienen un municipio núcleo -que en este caso sería Bogotá- con un poder sobre los otros. “La disparidad de poder y el hecho de que Bogotá sea semejante titán económico y de población ponía en desventaja a los municipios de Cundinamarca que, con razón, se unieron a la Gobernación para oponerse. Ese bloqueo de poderes hizo que, incluso, administraciones cercanas como la de Enrique Peñalosa y Jorge Rey no pudieran ponerse de acuerdo”, indicó.

Según la representante, esta tensión cambió en el primer año de desarrollo de la reforma entre 2018 y 2019, y luego de la elección de Nicolás García (como gobernador) y Claudia López (como alcaldesa) quienes acordaron acabar con la lógica de quién gana y quién pierde, para sumar puntos en beneficio de la región. En esa misma línea, Martín Anzellini agregó que “si uno lee la Ley se da cuenta que la equidad en la voz de los municipios está claramente estipulada” y que en vez de considerar una lucha de poderes se debe pensar en una armonía entre el poder poblacional, económico y logístico de Bogotá y el poder productivo en agro, industria, tamaño, estructura ecológica y producción de servicios que generan los municipios del departamento.

Para el coordinador de Proyectos de Probogotá, la gran herramienta que trae la Región Metropolitana es la gobernanza de generar planes y proyectos a escala regional. Aseguró que este instrumento va a regular dinámicas que cambiarán la vida de las personas a largo plazo en dos sentidos; el primero, en una definición de la Estructura Ecológica Principal, entendiendo que el Río Bogotá es la columna vertebral de la región. Y lo segundo, es la suburbanización de Bogotá en el suelo de la Sabana.

“La Administración Distrital tomó la decisión de expulsar viviendas hacia la Sabana y esta situación va a generar una presión muy importante sobre los municipios. Bogotá va a generar algo de vivienda con ese modelo denso y compacto de renovación urbana, pero los municipios van a tener que generar al menos 600.000 viviendas y hay que dar esa discusión. Debemos producir ese suelo de expansión; conectarnos a través de vías férreas y una buena red de transporte logístico y urbano que no se corte en la salida de Bogotá; y planificar ciudades densas y grandes”, afirmó.

Anzellini señaló que es importante empezar a pensar en proyectos a escala regional y, en esa línea, explicó que, desde Probogotá, se vienen estudiando diferentes proyectos intermunicipales como una red de ciclorrutas que articule Chía, Cajicá y Zipaquirá; una red de parques que preste funciones de espacio público; la limpieza del Río Bogotá; la construcción de la PTAR Canoas; la recuperación del Embalse de Muña, entre otros. “Son estudios que Probogotá ha ido desarrollando para generar ese banco de proyectos que la Región Metropolitana, con la capacidad operativa y recursos, podrá sacar adelante”, concluyó.

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